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¿Reducir mi consumo de carne realmente puede ayudar al medio ambiente? - Blog | Galt Energy

Podría parecer ciencia ficción, sin embargo, la industria alimenticia deja una huella negativa en el planeta.

Al hablar de contaminación pensamos en transporte, fábricas industriales y basureros. Pero del campo a nuestro plato, también se perjudica el ambiente.

La agricultura (en sus distintas formas) produce gases de efecto invernadero, especialmente la producción de carne. Siendo la carne roja la más perjudicial para el medio ambiente.

¿Por qué?

El ganado demanda grandes superficies de tierra, lo que contribuye a la destrucción de bosques; normalmente los árboles son quemados y contaminan al liberar dióxido de carbono a la atmósfera.

Las vacas, por ejemplo, producen emisiones de metano (un potente gas de efecto invernadero) directamente ligado al calentamiento global, que se libera en la digestión de los animales y el estiércol.

Aun así, el consumo de carne aumenta a nivel mundial, a un ritmo acelerado. Esta tendencia podría eliminar cualquier posibilidad de reducir o eliminar el calentamiento global.

¿Cuál es la solución?

Cuida lo que compras en el super con estas recomendaciones para hacer nuestra dieta más eco-friendly.

Reducir la demanda global hacia la carne. Cambiar a una dieta más sana para evitar el peligroso cambio climático.

6 alternativas para consumir alimentos más verdes

  1. Añade más frutas, verduras y granos a tu dieta. Limita la carne roja.

¿Por qué?: La carne roja (vacas, cabras, cerdos y ovejas) deja una particular huella de carbono, debido al metano (un gas más perjudicial que el CO2).

  1. Consume pescado local o proveniente de criaderos sostenibles

Se recomiendan las especies herbívoras como la tilapia, el bagre y la carpa.

¿Por qué?: Además de evitar consumir químicos en nuestros mariscos, se reduce la contaminación producida por las flotas que se encuentran en alta mar, que emiten alrededor de unos 130 millones de toneladas de CO2 al año.

  1. Elige productos orgánicos o con certificación sostenible.

Busca productos con etiquetas ecológicas como el sello ”Orgánico SAGARPA México”, una etiqueta auto adherible de colores verde, azul y amarillo.

¿Por qué?: La agricultura orgánica no utiliza pesticidas, transgénicos, ni fertilizantes sintéticos. Esto reduce la contaminación de gases de efecto invernadero, evita bajar la calidad del aire y del agua, además evita perjudicar la salud de los agricultores y comunidades cercanas.

  1. Consume lo que se produce en mercados locales o nativos de tu región.

¿Por qué?: Consumir alimentos locales reduce el uso de energía y la contaminación asociada con su transporte, almacenamiento y refrigeración (especialmente para alimentos importados por avión como los arándanos, cerezas, moras, frambuesas, tomates, pimientos y espárragos).

  1. Compra sólo los alimentos que planeas consumir antes de su fecha de caducidad.

¿Por qué?: Se estima que un hogar promedio desperdicia el 14% de sus alimentos, por lo que es importante evitar comprar de más, para minimizar el desperdicio y reducir tus gastos alimentarios.

  1. Haz compostas con tus residuos orgánicos

¿Por qué?: Las compostas reducen las emisiones (metano) que produce la basura al descomponerse, y eliminan la necesidad de usar fertilizantes sintéticos.

La comida que elegimos todos los días requiere mucha energía, recursos y gran emisión de dióxido de carbono (CO2). Desde la congelación, el envasado, el procesamiento, la preparación y la refrigeración de alimentos.

Elegir alimentos frescos, sostenibles o ”verdes”, lo menos procesados posibles, puede reducir la tendencia de usar productos químicos tóxicos en la preparación de nuestros alimentos y eliminar las emisiones de efecto invernadero. Además, puedes ahorrar en gastos de supermercado e incluso ayudar a conservar la vida marina.

Debemos entender que por más avances y alternativas que se hagan para cuidar el medio ambiente, seguimos siendo nosotros los que podemos lograr un mayor impacto haciendo un cambio como consumidores.

Es necesario pensar cuidadosamente qué comemos y no sólo por beneficiar nuestra salud, sino por el planeta.

¡Eliminemos la contaminación, un bocado a la vez!